El Síndrome de la Navaja Suiza y sus peligros para los emprendedores

Ideas emprendedor 2No sé si es un elemento intrínseco a mi condición de «Cojo-nudo» y a la silla de ruedas que me acompaña prácticamente desde que nací, pero siempre he optado por la máxima menos es más. Me explico: nunca me he puesto demasiados límites, aunque mi cuerpo siempre manda. Puedo probar actividades, recursos, herramientas, no obstante al final me manejo en en un equilibrio entre lo que quiero y lo que puedo hacer.

Esta dosis de mi propia realidad cotidiana es extrapolable al emprendedor, pues cuidado con pretender abarcar demasiado y padecer el «Síndrome de la Navaja Suiza«. A continuación te explico las razones:

A más dispersión, menos acción

Céntrate en una idea y en su desarrollo. Si empiezas a perderte en varios proyectos, lo más lógico es que acabes por dejar muchos o todos inconclusos. Tras esta afirmación, no pienses que estoy desechando o negando que un emprendedor debe ser polifacético, pero en su justa medida.

Analiza lo que puedes ofrecer al mercado

No se trata de emprender a ciegas, sino con ciertas garantías en el conocimiento de la zona de influencia, el contexto  del producto o servicio que vas a lanzar. Tener una oferta más extensa no es sinónimo de éxito. Emprender implica concreción en el qué y en el cómo introducir el proyecto al mercado.

Emprender es un desafío, no una obligación

Desde una óptica personal, me he encontrado con emprendedores que se autopresionaban por sacar adelante su idea y llevar el control en todas las fases del proceso.

Es lógico, aunque quizás es uno de los primeros y principales síntomas del Síndrome de la Navaja Suiza: el deseo, a veces obsesivo, de ser omnipresente.

Por ello, no está de más recordar que el emprendimiento tiene que entenderse como una elección y nunca como una imposición.

Asume y convive con tus limitaciones

Inténtalo, peléalo y dalo todo por tu idea mientras las fuerzas y los recursos te acompañen. Sin embargo, no tengas miedo de admitir ciertas flaquezas y puntos realistas- donde poder delegar tareas- o pedir ayuda en algún momento, como le ocurre a un servidor cuando se atasca con la puesta de los calcetines, por ejemplo.

Imprime carácter a tu idea

Tu proyecto es parte de ti, habla de ti. Es lo que te hace diferente. En mi caso, ya no sé si tengo discapacidad física, diversidad funcional o para algunos locos entrañables tengo un carácter admirable, además de un asiento bajo el trasero. Lo que sí sé es que mi diferencia es parte de mi esencia, igual que un proyecto que persigue innovar y aportar  un valor añadido. Y tú, ¿qué eres navaja suiza o cuchillo simple pero certero?

Foto: Pablo by Buffer

Deja un comentario